Hay Rock

Hay que poder decir con toda claridad, la sobrada capacidad del amigo Fito para generar un espacio con tanta cordialidad, alegría y ganas de repetir cada viernes el rock que propone: con toda la furia imaginativa y el placer sublevado al servicio de todos los presentes. Fito nos parece decir que la mejor defensa a la lenta entrega de los años, es un buen zapateo sin miedo a terminar en el piso. Y si estamos así de vivos, es que en algo estamos de acuerdo: si vamos a morir, que sea bailando un buen rock and roll, y si son con los clásicos de Fito Manía, mejor!!!. Hasta el próximo viernes amigos!!!.


La furia imaginativa y el placer sublevado que propone Fito cada viernes, son momentos intransferibles que no se pueden contar sin haberlos vivido y si acaso tuviste la oportunidad de vivirlos, resulta imposible contarlo porque como ya dije, son momentos intransferibles. Aguante el Rock and roll... hasta que los cordones nos separen!!!.

mejor!!!. Hasta el próximo viernes amigos!!!.


Aldo

miércoles, 24 de junio de 2015

No te los pierdas 8 y 12 de Julio



Hay Rock (11) Cinco Minutos de Timidez

 
"En el rock importa sentir. Después, si al traducir de las letras nos encontramos con otra cosa, quedará para los analistas de contenidos que no bailan". 


CINCO MINUTOS DE TIMIDEZ 




Esta es la historia: Quieta y recostada sobre el marco de la puerta, la mujer no avanzó hasta estar segura. Era su primera vez en el lugar. Echó una furtiva mirada por la pista como quien viene a buscar a su hija. Y la verdad, es que solo estaba buscando su razón de estar. Minutos después, tomó la decisión y ancló al lado de un rockero que no la percibió. El sujeto se hallaba sentado con todos los sentidos puestos en las parejas separadas por los estilos, y unidas por el ritmo que imponía el disck jockey. Luego del primer gancia con hielo y limón, la mujer sintió calor y su piel, un poco de aire a la altura de sus hombros que fue como decirle adiós a su saco de gabardina. Con mil noches de rock and roll, su experiencia le concedió a la timidez unos cinco minutos. No más.
Elvis, como todos sabemos, cantaba con un ronco inglés muy de Tennessee. La dama, fanática del Rey y sin saber una sola palabra de ese lejano idioma, tradujo -"nena, es tu turno!"-. Fue cuando entonces tomó por asalto al rockero distraído. Se lo llevó al medio de la pista y le enseñó cuanto de swing tenía para entregar. Luego de tres temas consecutivos, lo saludó y comenzó un lento camino a casa, no sin antes dejándose ver que caminaba como bailaba. Enseguida, al rockero le empezó a ganar una urgente nostalgia. Ella se estaba marchando!. Su experiencia le concedió a la timidez unos cinco minutos. No más. En ese preciso instante, el disck jockey clavó un tema de Tom Jones que como todos sabemos, cantaba con un ronco acento galés. El rockero (fanático por el británico), tradujo -"ve por ella!"-. La alcanzó a un paso de la puerta y le pidió un último baile. Antes de irse muy juntos, saludaron agradecidos al disck jockey quien sin saber los detalles de lo acontecido, los miró sonriendo porque recordó que tiempo atrás, había pasado por eso. Apenas otra historia de rockera que no tiene traducción, pero que por alguna razón, siempre invita a repetir!.
Saludos a Fito por la manía de hacer de cada viernes, una Fitomanía única e irrepetible





Aldo Daniel Blejman 

domingo, 21 de junio de 2015

Fiesta Privada con Fito Mania





Fito Mania

Vierens lleno!!!

Otro viernes en Cesar

Hay Rock - Narraciones

Hay Rock -10 CRÓNICA DE UN ROCKERO CRÓNICO.


CRÓNICA DE UN ROCKERO CRÓNICO.

El rockero de esta historia padece de un trastorno de identidad disociativo, cuyos patrones navegan en los extremos de su angustia. El planteo gira en términos alarmantes, porque al sujeto le viene pasando a menudo y gira porque baila y si no baila, se marea en su propio trastorno. De modo que para identificar un perfil del otro, debería clasificarlos en “A”: (sufre los espacios vacíos) y “B”: (también sufre, pero en sitios multitudinarios). “A” se pregunta (a horas de comenzar el baile): -“vendrá la gente?”-; mientras que “B” se queja: -“No hay una mosaico libre para poder bailar!”. Al "todo" y a la "nada", el hombre le adjudica el mismo valor: “sufrimiento galopante seguido de impaciencia”. A media trasnoche su ansiedad gana en calma debido a que las distancias que separan a lo "poco" de lo "mucho" comienzan a achicarse. Su “A” y “B” se normalizan. Pero lejos de resolver el problema, aparece “C”. Y quién es “C”?. Se los presento: el llamado trastorno obsesivo compulsivo. Como el sujeto se halla sentado a un lado de su mesa, comienza su irritante obsesión por ordenar todas sus pertenencias que necesita ubicarlas simétricamente: Que el vaso se encuentre perpendicular a la botella de cerveza con la etiqueta mirando hacia la pista; Que el celular en paralelo a los cigarrillos y sobre los Philips Morris, el encendedor; caramelos agrupados en dos filas y por colores (los de tonalidades cálidos a la izquierda, y los fríos a la derecha), servilletas superpuestas prolijamente acomodadas por sus puntas, cosa que la última no deje ver las que se encuentran debajo; El celular encendido para que se vea que tiene faceboock, y así cualquier otra cosa que se encuentre en esa superficie, lo irá ubicando luego de calcular la posición correcta teniendo en cuenta el resto de los objetos, como si ello resolviera el propósito de su presencia, que no es otra cosa que la de bailar!. El asunto neurológico se soluciona cuando por fin es atrapado por un sutil e imperceptible guiño femenino. Abandona la mesa, gana la pista y sale a hacer lo que mejor hace: moverse al ritmo que propone el disk jockey. Tras cuatro o cinco rock and roll, invita a la dama a su mesa. La mujer, desconociendo el NTMC del sujeto (No Toques Mis Cosas) y sin mediar permiso alguno, le desparrama todos sus objetos, dejando el riguroso orden del amigo compulsivo, convertido en un perfecto desorden que en cualquier otra circunstancia, se llamaría reto, o duelo o (si lo amerita) guerra!. Y en ese preciso instante, justo ahí es cuando “A”, “B”, y “C” se desvanecen por completo. Desaparecen las letras, cambia el lenguaje y el rockero -enamorado- baila como nunca, y como nunca antes se asume protagonista teniendo (por fin!) con quien hablar y sonreír. El destino quiso que se tratara de una encantadora rockera que -por la gracia de Dios- no padecía de EAC (Esquizofrenia Asimétrica Contagiosa) y porque si la cosa no pasó a mayores es porque el rock (al menos para nuestro crónico rockero)- significan dos cosas: amor y paz. 
Saludos al gran Fito y sus fitomaníacos seguidores.

Aldo Daniel Blejman 

domingo, 14 de junio de 2015

Rock (9)


EN QUÉ SE PARECE UNA VACA A UN TRIÁNGULO

 RECTÁNGULO?

Respuesta, "Una vaca es una res; res en portugués, quiere decir nada; el que nada no se ahoga; el que no se ahoga flota; una flota es una escuadra y una escuadra es un triángulo rectángulo!".
Pareciera una introducción geométrica que nada tiene que ver con el rock. Pues no lo es. En principio aquella adivinanza ingeniosamente encadenada, nos muestra que en definitiva (un poco en broma, un poco en serio), que todo tiene que ver con todo. En el rock pasa exactamente lo mismo. Desde afuera, está la creencia que somos un grupo de loquitos inadaptados que nada tenemos que hacer, que nos desligamos del mundo que nos rodea, y los más atrevidos nos definen como quienes no nos importa nada. Santo error Batman!. Veamos la siguiente cadena vinculante: La danza nos conecta con el otro; el otro nos devuelve una sonrisa; de la sonrisa a la risa (por algo lindo que se haya dicho) hay un paso, y cuanto más pasos, más movimiento; el movimiento se transforma en diversión que llama a la charla; una charla nos pone de cara a una posible amistad y a partir de esa creciente relación afectiva, se comparten historias de menor a mayor: (cómo te llamás?, de donde venis?, venís seguido?), etc. Quizá sea el rock una de las formas más complejas de comunicarnos. Porque como alguna vez se dijo, a la palabra hay que agregarle, cintura, piernas, brazos, miradas y toda una serie de coordinaciones para que el cuerpo se manifieste en un relato amigo-alegre y compatible con el/la otro/a. Mientras tanto, somos como cualquier otro. Tenemos lunes, martes, miércoles... para poner la cabeza en múltiples responsabilidades y en mérito a eso, sentimos merecernos un finde a todo rock!. Así que no me vengan con que los rockeros somos seres extraviados de algún lejano planeta inexplorado e incapaces de saber, sentir y entender la vida. Y sin no se entendió, mirá en qué terminó la vaca, que esta vez, en este sano relato, nadie se la comió!.
Saludos a toda la comunidad rockera y hasta el próximo viernes con Fitomanía.
Abrazo.

Viernes de Rock te esperamos



Asi nos divertimos viernes y sabados



Festejando Cumples Beto y Gus





Sabado de RockHaedo





domingo, 7 de junio de 2015

Rock and Roll (7)

EN LA ROCKERÍA, EL AZAR COMO ENCUENTRO ACCIDENTAL, NO EXISTE!.



"La distribución de las mesas son funcionales a un orden lógico que apunta a una valiosa estrategia inclusiva poniendo a todos los presentes con las mismas posibilidades: poder mirarse, localizar al otro y descubrir potencial compañía por la fuerza de atracción que impone el rock and roll". Si la ilustración sonó a una tesis, lo siento. La intención era otra. 
Sigamos. Desde cualquier mesa, se puede observar lo que ocurre en la pista y claro, lo que hay más allá de las mismas. Las distancias equidistantes forman parte de la cuestión. Ni lejos, ni cerca. Lo justo y necesario para mirar desde donde se mire, sin perder de vista el horizonte femenino. Hay que estar ahí para entender que las intensidades y tonalidades de las luces juegan también un papel preponderante: Iluminando penumbras y sombreando claridades para que las pupilas se contraigan o dilaten, según la distancia que separe al caballero de la dama.
En esta historia, la pista es irrelevante (nos ocuparemos en otro momento). Lo importante es lo que ocurre del otro lado respecto de donde haya anclado el sujeto. El mundo entero está bailando y el bailarín yace sentado, incómodo y denunciado por sus propios zapatos que repiquetean al ritmo de un rock no bailado. Mientras tanto, del otro lado de la "barricada", hay vida que son damas que miran hacia el centro del espectáculo. Ahora bien. Pudiera ser posible que la mujer haga lo que el bailarín hace?. Estar con un ojo en la pista y con el otro en la vereda de enfrente donde se halla la dama?. Y si fuera así, estará mirando al bailarín que no baila?. Pero la historia lejos de destrabarse, ingresa en un enredo descomunal. Ambos bajan la vista, miran sus mesas, buscando lo que haya para aferrarse a lo que sea. Ella, atrapa una conversación con su amiga ocasional y hablan, en tanto piensa–“no estaré bailando, pero al menos tengo compañía!”-. Mientras él, atrapa un vaso con cerveza tibia y resignada para beberla sin ganas, porque concluye que –“no estaré bailando pero al menos me hidrato!”-.
Mientras la noche Fitomaníaca hace ostentación de un momento superlativo, estos dos protagonistas continúan sin desatar sus pasiones. Tuvo que sonar un rock de esos que hechizan el alma para obligarlos a que se eligieran de una vez por todas. Lo que pasó después, quedó bajo siete llaves. Porque en el rock, amigos y amigas, también hay códigos. Saludos.

Aldo

Hay Rock (8)


DEFINICIÓN DE DISK JOCKEY: EL QUE INTERPRETA EL RITMO DESEADO EN NOMBRE DE TODOS.


Si algún desprevenido creyó que la tarea del Disk Jockey es tener una aceptable acumulación de clásicos en casa, se equivocó de acá a lo profundo del cosmos!. Porque no alcanza con saber de la historia de los sellos discográficos y lo que la discográfica se encargó de catapultar a verdaderos mitos del sonido a través del tiempo. Hay que saber de: bafles, botones, teclas, cables y conexiones. Ahora bien, con todo eso, qué clase de sujeto tenemos?: Un virtuoso del conocimiento musical?. En principio sí. Y esto otorga el título de Disk Jockey consagrado?. En principio no. Viene a cuento porque en eso andaba un amigo mío a mediados de los `80. Una vez, Horacio (de él se trata) se hizo de tantos long play nacionales e internacionales como pudo y se propuso pasar música. La primera prueba tendría lugar en su casa. Invitó a los amigos y fuimos todos. Resultado: un hermoso encuentro de charlas, risas y sonrisas, porque no bailó nadie!. Con los años Horacio entendió el por qué de su desilusión: A su edad, le recorrían deseos más bien ligados a otras cuestiones propias de su edad, pero demasiado joven para interpretar la música recorriendo su alma y volcarla en los presentes. Un Disk Jockey se forma en el tiempo y alcanza su capacidad al cabo de algunos años. Cuando logra manejar esa frecuencia de sentir los ritmos apropiados para el momento apropiado, consigue al fin y al cabo, el objetivo: que todo el mundo baile hasta más no poder las piernas!.
Fito trasciende el ejemplo porque a diferencia de mi amigo de los `80, siente lo que hace y se juega a que los temas cuidadosamente seleccionados, respondan con toda naturalidad a ese sentimiento. Hace que su conocimiento por la música esté a disposición de su sentir y no al revés. 
Por eso entiende como nadie lo que debe poner a continuación y los rockeros leyendo por el oído su propuesta musical, ganan la pista, hipnotizados y entregados a otro rock que obliga a poner lo mejor que tienen: la alegría de ser parte de esta teoría que podrá o no ser exacta; Pero acaso, el rock no se ha nutrido en todos estos años de existencia, con miles de mujeres y hombres inexactos, atrevidos y exigentes que noche tras noche ponen a prueba al Disck Jockey para que los movilice?. Damas y caballeros, si la propuesta es Rock and Roll, y el amigo D. J. es Fitomanía, los Viernes como siempre, son y serán nuestros!.
Nota: De mi amigo Horacio, supe que abandonó la idea de convertirse en D.J. Recuperó la pista, y en una rockería conoció a la que tiempo después fue su esposa. Bien ahí!.
Saludos